Este repunte se produjo en sintonía con el alza histórica del oro, pero también fue impulsado por una fuerte demanda industrial y un mercado ajustado. La plata llegó a cotizar en 48.55 dólares por onza, un nivel que no se veía en más de 14 años. Este aumento representa un alza de más del 90% en menos de un año, considerando que su precio promedio en 2024 rondaba los 25.4 dólares. Los factores que impulsan a la plata son similares a los del oro, como la búsqueda de refugio ante la incertidumbre económica y la expectativa de tasas de interés más bajas. Sin embargo, la plata cuenta con catalizadores propios.

Existe una fuerte demanda industrial para el metal, especialmente en sectores de transición energética como paneles solares, baterías y dispositivos electrónicos.

Además, la posible inclusión de la plata en un borrador de la lista de minerales críticos de Estados Unidos ha generado especulaciones sobre aranceles, captando la atención del mercado. Según el Silver Institute, el mercado de la plata se encamina hacia su quinto año consecutivo con un déficit estructural, estimado en 117.6 millones de onzas troy para 2025. Este desequilibrio entre una oferta limitada, debido a la falta de nuevas minas, y una demanda industrial y de inversión en constante crecimiento, sugiere un potencial alcista sostenido para el metal en los próximos meses.