El principal catalizador ha sido el cierre parcial del gobierno de Estados Unidos, que ha generado nerviosismo y ha llevado a los inversionistas a buscar seguridad. Además, la expectativa de que la Reserva Federal estadounidense recorte sus tasas de interés ha debilitado al dólar y ha reducido el costo de oportunidad de mantener oro, un activo que no genera rendimientos. Como señaló Gabriela Siller, directora de Análisis Económico en Grupo Financiero BASE, “el alza del oro se debe a aversión al riesgo y a la expectativa de menores tasas de interés”. Otras fuentes de tensión incluyen la inestabilidad política en Francia y una incertidumbre económica generalizada a nivel mundial.

Este fenómeno ha tenido un impacto directo en las finanzas de México, ya que el alza en el valor del oro ha sido un factor clave en el aumento de las reservas internacionales del país, fortaleciendo su escudo financiero. La fuerte demanda se refleja también en las compras sostenidas por parte de bancos centrales y el creciente interés de inversionistas minoristas.