Para México, el impacto es ambivalente.

A corto plazo, la debilidad del dólar resultante del cierre ha provocado una apreciación del peso mexicano.

Sin embargo, los analistas advierten que una parálisis prolongada podría revertir esta tendencia.

Janeth Quiroz, directora de análisis económico de Monex, explicó que si el cierre se extiende por más de un mes, "los costos comenzarían a hacerse visibles", afectando la logística en las aduanas y las cadenas de suministro, especialmente en el sector automotriz. Eduardo Ramos, de VT Markets LATAM, coincide en que una prolongación podría revertir los flujos de capital hacia mercados emergentes, presionando al tipo de cambio y a la bolsa mexicana. El estancamiento político en Washington también es visto como un síntoma de polarización que erosiona la confianza de los inversionistas en la capacidad de la primera economía mundial para gestionar sus finanzas, lo que podría tener repercusiones en sus principales socios comerciales.