El West Texas Intermediate (WTI), referencia para la mezcla mexicana, retrocedió un 4.24% para cotizarse en 58.90 dólares por barril, su nivel más bajo desde abril. Por su parte, el Brent del mar del Norte descendió un 3.82% hasta los 62.73 dólares.

La caída se intensificó tras las amenazas arancelarias de Donald Trump, ya que los inversionistas temen que una guerra comercial a gran escala pueda afectar la economía estadounidense y, en consecuencia, reducir la demanda global de crudo.

A este factor se sumó un elemento geopolítico: el acuerdo de alto al fuego entre Israel y Hamás en Gaza. Según analistas, esta tregua redujo la prima de riesgo que había mantenido los precios elevados por el temor a interrupciones en el suministro energético en la región. Aunque Israel no es un gran productor, la posibilidad de una escalada regional mantenía la volatilidad. Adicionalmente, expertos de la firma DNB Carnegie alertaron sobre signos de una sobreoferta en el mercado global, evidenciada por un aumento del crudo en tránsito marítimo, lo que sugiere un posible crecimiento de los inventarios. Este panorama se ve reforzado por el hecho de que al menos ocho países de la OPEP+ han incrementado sus cuotas de producción.