El repunte fue impulsado por la renovada esperanza de que las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China puedan aliviar las tensiones y, con ello, estabilizar la demanda mundial de energía.

Los futuros del crudo Brent subieron hasta los 63.81 dólares por barril, mientras que el West Texas Intermediate (WTI) alcanzó los 60.03 dólares.

Este movimiento se produjo tras una caída de casi el 4% la semana pasada, cuando las amenazas arancelarias de Donald Trump contra China generaron temores de una desaceleración económica global que afectaría el consumo de petróleo. La confirmación de que se podría realizar una reunión entre los presidentes Trump y Xi Jinping fue el principal catalizador de la recuperación. Los analistas señalaron que, aunque las perspectivas a corto plazo siguen dependiendo del resultado de las conversaciones, la disposición de ambas partes a negociar limitó la venta masiva. Históricamente, los precios del crudo han demostrado ser muy sensibles a la relación entre las dos mayores economías del mundo, ya que cualquier conflicto comercial amenaza directamente las proyecciones de demanda. La recuperación parcial de los precios también contribuyó a suavizar las presiones inflacionarias que preocupaban a los mercados.