El alza se atribuye a una combinación de factores. Al igual que el oro, se beneficia de la incertidumbre económica global y las expectativas de recortes de tasas de interés. Sin embargo, la plata también cuenta con una fuerte demanda industrial, utilizada en la fabricación de paneles solares, vehículos eléctricos y semiconductores, lo que ejerce una presión adicional sobre su precio. Además, se reportó una disminución en el inventario y la liquidez en el centro de comercio de Londres, lo que, según Anant Jatia de Greenland Investment Management, creó una situación "sin precedentes". A pesar de su impresionante rendimiento, analistas de Goldman Sachs advirtieron que la plata presenta "más volatilidad y riesgo de precios a la baja" en comparación con el oro, que está respaldado por la demanda de los bancos centrales.

No obstante, Bank of America elevó su pronóstico para 2026 a 65 dólares por onza, mostrando confianza en su potencial a largo plazo.