Citigroup y Wells Fargo también mostraron incrementos del 16% y 9% respectivamente.

Estos resultados fueron impulsados por un buen desempeño en la banca de consumo, tarjetas de crédito y una intensa actividad de fusiones y adquisiciones. Sin embargo, este optimismo financiero no se trasladó al mercado de valores, donde las acciones de la mayoría de estos bancos retrocedieron. Art Hogan, estratega de B. Riley Wealth, explicó esta aparente contradicción: "Lo más importante que hay que considerar no son las ganancias reales —que en gran parte fueron mejores en todos los ámbitos—, sino que todas ellas también se negocian en o cerca de máximos históricos". A pesar de los buenos números, los ejecutivos bancarios, como Jamie Dimon de JPMorgan, expresaron cautela, alertando sobre los riesgos inflacionarios y el impacto de la guerra comercial entre EE.UU. y China, lo que refleja un alto grado de incertidumbre subyacente en la política comercial y financiera.