Las valoraciones de las empresas tecnológicas se han disparado, creando un riesgo de corrección drástica si las expectativas no se materializan en beneficios reales. El entusiasmo por la IA se ha convertido en una "fe económica", con valoraciones de activos que parecen desconectadas de los fundamentos. El FMI y el Banco de Inglaterra señalan que los mercados están inflados por expectativas que podrían no sostenerse. Kristalina Georgieva, directora del FMI, advirtió que "la fe en el impacto transformador de la IA podría revertirse tan rápido como creció". Esta euforia ha provocado una concentración histórica en el mercado bursátil, donde cinco gigantes tecnológicos (Nvidia, Microsoft, Alphabet, Amazon y Meta) dominan un tercio del valor del S&P 500, un patrón que recuerda a la burbuja de las puntocom. El flujo de capital de riesgo hacia startups de IA, que captaron más de 73 mil millones de dólares en el primer trimestre de 2025, ilustra la magnitud de la especulación. Las grandes corporaciones continúan alimentando esta tendencia con anuncios significativos: Oracle instalará 50,000 semiconductores de AMD para IA, Broadcom presentó un nuevo chip para procesamiento masivo y Walmart integrará ChatGPT en su plataforma de compras. Incluso Goldman Sachs anunció un plan para implementar IA con el fin de mejorar su eficiencia, lo que subraya cómo la narrativa de la IA impregna todos los sectores, aumentando los riesgos de una corrección si la promesa de productividad no se cumple.