Las declaraciones del presidente estadounidense, Donald Trump, redujeron la aversión al riesgo y fomentaron un clima de mayor confianza entre los inversionistas. El punto de inflexión fue la confirmación por parte de Trump de que una reunión prevista con el presidente chino, Xi Jinping, “seguirá adelante”, añadiendo que ambas partes “se llevan bien”. Además, en una entrevista, el mandatario estadounidense reconoció que su propuesta de imponer aranceles del 100% a productos chinos “no sería sostenible”, lo que fue interpretado por los mercados como una señal de que se buscaría una solución negociada en lugar de una escalada del conflicto. Esta moderación en el tono contrastó con las tensiones de semanas anteriores y tuvo un impacto directo y positivo en diversas clases de activos.

La analista Gabriela Siller atribuyó la apreciación del peso mexicano a la especulación de que “Estados Unidos no impondrá los aranceles anunciados hace una semana”. La disminución de la incertidumbre también impulsó a las bolsas de valores en Estados Unidos y México, y al mismo tiempo redujo la demanda de activos de refugio como el oro y la plata hacia el final de la semana, que retrocedieron desde sus máximos históricos tras los comentarios de Trump. El diálogo se vio reforzado por el anuncio de que el secretario del Tesoro, Scott Bessent, hablaría con su par chino, subrayando la continuidad de las conversaciones económicas.