La escalada del oro, que acumula una ganancia de más del 62% en lo que va del año, fue impulsada por una confluencia de factores. La incertidumbre generada por las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, el cierre parcial del gobierno estadounidense y las preocupaciones sobre la estabilidad de algunos bancos regionales llevaron a los inversionistas a buscar la seguridad del lingote. Adicionalmente, las crecientes expectativas de que la Reserva Federal de EE.UU. recortará las tasas de interés antes de fin de año hicieron que el oro, un activo que no genera rendimientos, fuera más atractivo. El metal al contado alcanzó un pico de 4,378.69 dólares la onza. Analistas de mercado y bancos de inversión han actualizado sus pronósticos al alza.
HSBC, por ejemplo, elevó su previsión para 2025 y proyectó que el precio podría alcanzar los 5,000 dólares en 2026. Alexander Zumpfe, de Heraeus Metals Germany, comentó: “Con las expectativas de recorte de tasas, los riesgos geopolíticos y la preocupación por la estabilidad bancaria, el panorama sigue siendo favorable para el oro”. Hacia el final de la semana, el precio retrocedió ligeramente desde su máximo después de los comentarios conciliadores de Trump sobre China, pero aun así cerró con una ganancia semanal superior al 5%.













