El temor sobre la calidad crediticia de los bancos regionales en Estados Unidos resurgió esta semana, provocando una fuerte ola de ventas y reviviendo la volatilidad en los mercados financieros. La noticia de que dos instituciones enfrentaban problemas con préstamos incobrables y acusaciones de fraude generó nerviosismo sobre una posible fragilidad sistémica en el sector. La venta masiva se desencadenó el jueves, después de que Zions Bancorporation revelara que asumiría una pérdida significativa por dos préstamos comerciales e industriales, mientras que Western Alliance Bancorp anunció que había iniciado una demanda contra un prestatario por presunto fraude.
Estas revelaciones provocaron el desplome de sus acciones, con caídas superiores al 10%, y arrastraron a todo el sector. El índice KBW de bancos regionales sufrió una caída del 6.3% el jueves, su mayor descenso en un día desde abril.
La situación reavivó los recuerdos de la crisis bancaria de 2023, llevando a los inversionistas a cuestionar si las normas de concesión de préstamos se habían relajado excesivamente. El CEO de JPMorgan Chase, Jamie Dimon, había advertido a principios de semana sobre el entorno crediticio, afirmando: “Cuando ves una cucaracha, probablemente haya más, por lo que todos deben estar advertidos”. Aunque las acciones de los bancos regionales lograron estabilizarse y recuperar parte del terreno perdido el viernes, el episodio inyectó una dosis de cautela en Wall Street y los mercados globales, afectando temporalmente el apetito por el riesgo.
En resumenLos problemas crediticios revelados por Zions y Western Alliance actuaron como un recordatorio de los riesgos latentes en el sistema financiero, generando una significativa turbulencia en los mercados y poniendo en alerta a los inversionistas sobre la salud del sector bancario regional.