Adicionalmente, este conflicto exacerba los temores en el sector bancario, donde la preocupación por la calidad crediticia y una posible desaceleración económica mundial ya está causando estragos. Analistas señalan que la ansiedad de los inversionistas se ve agravada por estas tensiones, que se suman a las preocupaciones sobre las perspectivas económicas mundiales y la salud del sistema financiero, creando un entorno de alto riesgo y baja previsibilidad para los mercados en general.