Los factores macroeconómicos negativos parecen haber superado la estacionalidad positiva.

Entre las causas de este retroceso se encuentran la disputa arancelaria entre Estados Unidos y China, una liquidez débil en el mercado y una serie de liquidaciones de posiciones apalancadas que alcanzaron los 1,200 millones de dólares. A pesar de este panorama adverso, Bitcoin sigue siendo percibido por muchos como un refugio contra la inflación, lo que, sumado a la expectativa de recortes en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal, ha seguido atrayendo flujos de inversión institucional. Esta dualidad de fuerzas, una que presiona a la baja y otra que sostiene su valoración, define el momento actual de la principal criptomoneda del mercado.