El cierre parcial del gobierno de Estados Unidos, que el martes alcanzó su vigesimoprimer día, se ha consolidado como un factor clave de incertidumbre y cautela en los mercados financieros globales. La parálisis administrativa ha impedido la publicación de datos económicos relevantes, creando lo que analistas describen como una "sequía de datos" que deja a los inversionistas sin fundamentos claros para tomar decisiones y aumenta la volatilidad. Este vacío de información afecta directamente la percepción de riesgo y contribuye al fortalecimiento del dólar, ya que los operadores buscan refugio en la divisa estadounidense ante la falta de claridad sobre el rumbo de la economía. Varios reportes señalan que esta situación, combinada con la incertidumbre comercial, ha presionado a las monedas de mercados emergentes, incluido el peso mexicano.
Políticamente, no parece haber una solución inminente.
El presidente Donald Trump instó a los senadores republicanos a "mantenerse firmes" y no ser "extorsionados por los demócratas", a quienes volvió a culpar por el cierre.
La falta de avances en las negociaciones para aprobar un paquete fiscal mantiene la parálisis, afectando la confianza de los mercados. La ausencia de informes cruciales, como los de la Comisión de Negociación de Futuros de Materias Primas (CFTC) sobre el posicionamiento de los fondos en futuros de oro y plata, también complica el análisis técnico y podría llevar a los especuladores a construir posiciones anormalmente grandes, aumentando el riesgo de correcciones bruscas en esos mercados.
En resumenAl cumplir 21 días, el cierre del gobierno estadounidense sigue siendo una fuente de incertidumbre para los mercados. La falta de publicación de datos económicos clave genera cautela entre los inversionistas, contribuye a la volatilidad y afecta la confianza en los activos de riesgo.