Al final de la jornada del viernes, la moneda mexicana "retrocedió, revirtiendo sus ganancias iniciales" y cerró con una depreciación del 0.24%. Este comportamiento subraya la sensibilidad del peso a los indicadores económicos de su principal socio comercial.
La moderación en la inflación estadounidense, aunque positiva en principio, fue interpretada en un contexto de incertidumbre que llevó a los inversionistas a reajustar posiciones, deteniendo el avance que la divisa nacional había mostrado en días previos.













