Múltiples fuentes señalan que el cierre del gobierno, que ya se extiende por 24 días, coexiste con el fin de las negociaciones comerciales con Canadá, creando un clima de nerviosismo. Este contexto de disfunción gubernamental en la principal economía del mundo complica la toma de decisiones para los inversionistas y las empresas. Más allá de la incertidumbre política, el cierre tiene efectos tangibles en el funcionamiento de los mercados. Un ejemplo claro se observa en el sector de las materias primas agrícolas, donde el mercado opera con información limitada debido a "la falta de datos actualizados del Departamento de Agricultura de Estados Unidos debido al cierre parcial de gobierno". Esta carencia de información oficial dificulta el análisis de la oferta y la demanda, y puede llevar a una mayor volatilidad en los precios de productos como el maíz y el trigo. La combinación de este evento interno de EE.UU. con las disputas comerciales externas conforma un panorama complejo que presiona a los mercados financieros.