El alza fue impulsada por una mayor aversión al riesgo en la oferta global debido a sanciones de EE.UU. a petroleras rusas y por el optimismo en torno a las relaciones comerciales con China. El crudo WTI cerró la semana con un alza del 6.8%, cotizando en 61.45 dólares por barril, lo que le permitió recuperarse de una caída acumulada del 14.21% en las cuatro semanas previas. Según analistas de Banco Base, uno de los principales motores del alza fue la imposición de sanciones por parte del Departamento del Tesoro de EE.UU. a las petroleras rusas Rosneft y Lukoil. Estas medidas podrían "reconfigurar los flujos internacionales de crudo", generando incertidumbre sobre el suministro global.
Otro factor clave fue el optimismo derivado de la posible reanudación del diálogo comercial entre Estados Unidos y China. La expectativa de un encuentro entre los presidentes de ambas naciones para discutir un nuevo tratado comercial "elevó el optimismo sobre una mejora en el comercio global". Este sentimiento positivo en el frente comercial es un elemento recurrente, ya que las tensiones previas entre ambas potencias habían sido citadas como una causa de volatilidad en otros mercados, como el cambiario mexicano. Finalmente, una caída en los inventarios de crudo en Estados Unidos, contraria a las expectativas del mercado, proporcionó un impulso adicional al precio del petróleo.












