Este movimiento estratégico fue recibido con gran entusiasmo por los inversionistas, ya que posiciona a Qualcomm para competir directamente con los líderes del sector, Nvidia y AMD.

La compañía presentó sus nuevos aceleradores de IA, los modelos AI200 y AI250, que estarán disponibles comercialmente en 2026 y 2027, respectivamente. Estos chips están diseñados específicamente para tareas de inferencia (ejecución de modelos de IA ya entrenados) y prometen un menor costo total de propiedad (TCO), un factor crucial para los operadores de grandes centros de datos. La tecnología se basa en la unidad de procesamiento neuronal (NPU) Hexagon de Qualcomm, que ya se utiliza en sus procesadores para smartphones y PC, pero ahora escalada para competir en el mercado de infraestructura de IA, un sector dominado en más del 90% por Nvidia. La decisión de Qualcomm de diversificar su negocio más allá de los smartphones y entrar en un mercado con un potencial de inversión estimado en 6.7 billones de dólares hasta 2030 fue la causa directa de la fuerte reacción positiva en su cotización bursátil. El anuncio se produjo en un contexto en el que incluso los grandes clientes de Nvidia, como OpenAI, están explorando alternativas para diversificar sus proveedores de hardware.