En su conferencia de prensa, Powell declaró que una nueva reducción “no debe considerarse una conclusión inevitable; de hecho, todo lo contrario”. Estas palabras enfriaron las expectativas del mercado, que antes de la reunión estimaba una probabilidad de hasta el 91% de otro recorte en diciembre, cifra que se desplomó a cerca del 70% tras sus comentarios. La decisión de la Fed se tomó en un contexto complicado, marcado por el cierre del gobierno federal, que ha privado al banco central de datos económicos esenciales. Powell comparó la situación con conducir en la niebla, afirmando: “¿Qué haces cuando conduces en la niebla? Reduces la velocidad”.
La decisión también reflejó divisiones dentro del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), con un miembro abogando por mantener las tasas sin cambios y otro por un recorte mayor. Adicionalmente, la Fed anunció que suspenderá su programa de reducción de balance en diciembre para suavizar las condiciones de endeudamiento, en respuesta a las preocupaciones sobre el mercado laboral y la escasez de financiamiento en los mercados monetarios.













