Esta caída refleja la creciente sensibilidad de la divisa a la política monetaria de Estados Unidos y a las señales de desaceleración de la economía nacional. El peso mexicano finalizó octubre con una depreciación mensual de entre 1.4% y 1.45%, cerrando la última jornada en niveles cercanos a 18.58 unidades por dólar, lo que representó su peor desempeño desde mayo de 2024. La debilidad de la moneda se atribuyó principalmente a dos factores. En el ámbito externo, el fortalecimiento generalizado del dólar fue clave, impulsado por comentarios de varios funcionarios de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos que enfriaron las expectativas de un nuevo recorte a las tasas de interés en diciembre. El presidente de la Fed, Jerome Powell, puso en duda la medida, mientras que otros miembros como Beth Hammack y Lorie Logan expresaron su oposición al recorte anterior debido a la persistencia de la inflación.
Esta postura más restrictiva redujo el apetito por el riesgo y afectó a las divisas de mercados emergentes.
A nivel local, el mercado reaccionó negativamente al dato preliminar del Producto Interno Bruto (PIB) del tercer trimestre, que mostró una contracción de 0.3% respecto al trimestre anterior.
Este retroceso, lastrado por un deterioro de la actividad industrial, confirmó una pérdida de impulso en la economía mexicana y generó cautela entre los inversionistas. Según Monex, “el peso fue afectado por el fortalecimiento del dólar, a medida que los inversores moderaron sus expectativas de flexibilización de la política monetaria por parte de la Fed en diciembre”. La combinación de estos elementos llevó a la divisa a acumular cuatro sesiones consecutivas de pérdidas al cierre del mes.













