“Es bastante pronto, pero creo que ya estamos viendo los frutos en nuestro negocio principal”, afirmó, y agregó: “queremos asegurarnos de no estar invirtiendo de menos”.

Sin embargo, el mensaje de los inversionistas fue claro: el entusiasmo por la inteligencia artificial no elimina la preocupación por los costos. La fuerte caída de Meta lastró a otros valores tecnológicos y al índice Nasdaq, evidenciando el escepticismo del mercado ante las masivas inversiones que están realizando los gigantes del sector para dominar la próxima generación de IA.