La noticia encendió señales de alerta sobre el ritmo económico del país y tuvo un impacto directo en los mercados financieros. El peso mexicano resintió la información, sumando presión a la ya existente por el fortalecimiento del dólar. Varios reportes señalan que los inversionistas continuaron asimilando el débil informe del PIB, lo que contribuyó a la depreciación de la moneda nacional en las últimas jornadas de octubre. De manera similar, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) mostró una mayor cautela, y la ligera corrección de su principal índice reflejó que los inversionistas estaban incorporando la desaceleración económica en sus estrategias de corto plazo. La contracción económica se convirtió así en un factor local clave que, junto con el entorno internacional, definió el sentimiento negativo de los mercados mexicanos al cierre del mes.