Tras los reportes del tercer trimestre, las cuatro grandes tecnológicas ajustaron al alza sus presupuestos.

Alphabet elevó su previsión de gasto de 91,000 a 93,000 millones de dólares; Microsoft, de 75,000 a 85,000 millones; Meta, de 66,000 a 70,000 millones; y Amazon, de 118,000 a 125,000 millones. Estos aumentos reflejan la intensa competencia por dominar la próxima generación de modelos de IA. El director financiero de Amazon, Brian Olsavsky, justificó la inversión al afirmar: “Creemos que es una gran oportunidad con el potencial de obtener fuertes retornos sobre el capital invertido a largo plazo”. Sin embargo, el mercado ha mostrado una reacción mixta.

Mientras que el crecimiento de AWS de Amazon, impulsado por la IA, fue celebrado con un alza en sus acciones, el anuncio de Meta sobre su aumento de gasto provocó un desplome de más del 10% en sus títulos, evidenciando la preocupación de los inversionistas por la magnitud de los desembolsos. Este escenario dual subraya la tensión actual en el mercado: por un lado, la euforia por el potencial transformador de la IA y, por otro, el temor a que los enormes costos afecten la rentabilidad a corto y mediano plazo.