Este logro, alcanzado en apenas tres meses, refleja la inmensa confianza de los inversionistas en el futuro de la IA y la posición dominante de Nvidia en este sector. Aunque sus acciones experimentaron una ligera corrección a 4.94 bdd después de alcanzar el pico el 29 de octubre, los analistas prevén que su valor continúe al alza, impulsado por la creciente demanda mundial de sus chips. El impacto de este fenómeno no es solo tecnológico, sino fundamentalmente macroeconómico, pues demuestra cómo el capital se concentra cada vez más en un número reducido de empresas tecnológicas, transformando la relación entre los mercados financieros y las economías nacionales. El caso de Nvidia marca "un punto de inflexión en la historia del capitalismo global", donde el valor de una sola compañía puede eclipsar la producción económica de naciones enteras.