Estas declaraciones, sumadas a valuaciones consideradas excesivas, provocaron una venta masiva en acciones tecnológicas, evidenciando un creciente nerviosismo.

Durante una cumbre financiera, los directores ejecutivos de gigantes como Morgan Stanley, Goldman Sachs y Capital Group expresaron su preocupación. David Solomon, de Goldman Sachs, afirmó que es “probable que se produzca una caída del 10 al 20% en los mercados de renta variable en los próximos 12 a 24 meses”. Por su parte, Ted Pick, de Morgan Stanley, coincidió en la posibilidad de caídas del 10 al 15%.

El consenso es que, si bien las ganancias corporativas son sólidas, el problema radica en las altas valuaciones que los mercados han asignado, especialmente en el sector tecnológico.

Mike Gitlin, de Capital Group, describió las acciones como “entre justas y caras”. Este sentimiento pesimista fue el principal catalizador de las pérdidas en Wall Street, donde el Nasdaq, de gran peso tecnológico, cayó más de un 2%.

Las acciones relacionadas con la IA fueron las más perjudicadas.

Palantir Technologies, por ejemplo, se desplomó a pesar de reportar resultados positivos, ya que los inversionistas se enfocaron en su valoración de más de 200 veces sus ganancias futuras. La venta masiva refleja un cambio de fase en los mercados, pasando de una narrativa de crecimiento ilimitado impulsada por la IA a una evaluación más estricta de los fundamentos financieros de las empresas.