Por un lado, Tesla enfrenta una fuerte competencia de fabricantes europeos y chinos que ofrecen vehículos eléctricos más pequeños y asequibles, muchos con precios inferiores a 35,000 euros. Para contrarrestar esto, Tesla comenzó a vender una versión más económica de su Model Y en Alemania. Por otro lado, se menciona que la retórica política de Elon Musk y su apoyo a partidos de extrema derecha en Alemania han afectado negativamente el interés de los consumidores en la marca. A pesar de operar una gran planta de ensamblaje en Brandeburgo, la popularidad de la empresa entre los alemanes parece estar disminuyendo.