La divisa nacional se consolidó como una de las monedas emergentes con mejor desempeño. La moneda mexicana cerró la jornada del jueves 6 de noviembre alrededor de los 18.57 pesos por dólar, registrando una apreciación marginal pero significativa después de una sesión volátil.

Este comportamiento fue impulsado por varios factores.

A nivel local, la decisión del Banco de México de recortar la tasa de interés en 25 puntos base fue bien recibida por el mercado, ya que estaba en línea con las expectativas. La Junta de Gobierno de Banxico justificó la medida considerando "el comportamiento del tipo de cambio, la debilidad de la actividad económica y los posibles impactos ante cambios en la política comercial a nivel global". A nivel internacional, el peso se benefició de la debilidad general del dólar, que perdió terreno ante la expectativa de que la Reserva Federal de Estados Unidos podría realizar un recorte de tasas en diciembre. Además, la publicación de sólidos datos económicos en Estados Unidos, como un repunte en el empleo privado, mejoró la confianza de los inversionistas hacia las monedas de mercados emergentes. Gabriela Siller, directora de análisis económico de Grupo Base, señaló que "la apreciación del peso se debe al incremento del apetito por riesgo durante la sesión, lo que permitió ganancias para la mayoría de las divisas de economías emergentes". Al cierre de las operaciones, el tipo de cambio al menudeo se ubicó por debajo de los 19.02 pesos a la venta en ventanillas bancarias, consolidando una tendencia de fortaleza.