Sin embargo, la autoridad monetaria modificó su lenguaje, adoptando un tono más cauteloso sobre futuras flexibilizaciones, lo que fue bien recibido por los inversionistas.

La decisión, anunciada el jueves 6 de noviembre, estuvo en línea con las expectativas del mercado y fue respaldada por la moderación de la inflación en octubre, que se ubicó en 3.57% anual, dentro del rango objetivo del banco central. Este fue el duodécimo recorte desde que Banxico inició su ciclo de flexibilización en 2024. A pesar del recorte, el comunicado de política monetaria adoptó un tono más prudente, al modificar "el lenguaje de su guía prospectiva". Esta cautela fue interpretada por el mercado como una señal de que el banco central no se apresurará a realizar más recortes, lo que contribuyó a la apreciación del peso mexicano. Analistas de Grupo Financiero Banamex proyectan que Banxico podría aplicar una nueva disminución en diciembre antes de pausar su ciclo de ajustes durante el primer trimestre de 2026. La decisión no fue unánime, ya que el subgobernador Jonathan Heath votó en contra, manteniendo su postura de mayor cautela frente a la inflación.