Ambos referenciales, Brent y West Texas Intermediate (WTI), se encaminaron a descensos semanales superiores al 1.5%. Al cierre de la semana, el Brent se cotizaba en torno a los 63.66 - 63.98 dólares por barril, mientras que el WTI se ubicaba cerca de los 59.72 - 60.04 dólares. La presión a la baja se debió a varios factores.

En primer lugar, un inesperado aumento de 5.2 millones de barriles en las reservas de crudo de Estados Unidos reavivó los temores de sobreoferta.

En segundo lugar, los principales productores mundiales han estado aumentando su producción.

Finalmente, las preocupaciones sobre la desaceleración de la demanda estadounidense se intensificaron debido al cierre del gobierno, que "sigue ensombreciendo la actividad económica", según el analista Tony Sycamore de IG Markets.

Aunque los precios mostraron una ligera alza el viernes, esta no fue suficiente para compensar las caídas de los tres días anteriores, consolidando una tendencia negativa para el mercado petrolero.