La moneda nacional se vio impulsada principalmente por un debilitamiento generalizado del billete verde en los mercados internacionales y por factores locales que generaron confianza entre los inversionistas. Al cierre de las operaciones, el tipo de cambio al mayoreo se ubicó consistentemente en 18.45 pesos por dólar, lo que representó una ganancia semanal que las fuentes sitúan entre 0.58% y 0.67%.

Esta recuperación permitió al peso recuperar parte del terreno perdido en semanas anteriores.

La jornada del viernes fue particularmente clave, ya que la moneda mexicana ganó diez centavos frente al dólar en un solo día. La estabilidad de la divisa se mantuvo a pesar de un entorno de cautela global, marcado por la incertidumbre económica en Estados Unidos debido al cierre parcial del gobierno, que ha limitado la publicación de datos financieros relevantes. Analistas destacaron que la resiliencia del peso también se debió a una reacción positiva del mercado a la publicación de datos de inflación en México y a las decisiones de política monetaria del Banco de México, que adoptó un tono prudente. Esta combinación de factores externos favorables y una sólida respuesta a las condiciones internas permitió que el peso terminara la semana con un desempeño positivo, consolidándose por debajo de la barrera de los 19 pesos por dólar en el mercado minorista.