Este escenario benefició directamente a divisas como el peso mexicano y activos como el oro.

Durante la jornada del martes, se dio a conocer un informe que mostró que los empleadores privados en Estados Unidos recortaron puestos de trabajo el mes pasado. Específicamente, los datos de empleo de ADP revelaron que se destruyeron en promedio 11,250 empleos por semana en las cuatro semanas hasta el 25 de octubre. Esta cifra negativa, sumada a otros indicadores como la caída de la confianza del consumidor a su nivel más bajo en 3.5 años, fue interpretada por los mercados como una señal de desaceleración económica. Como resultado, la probabilidad de un recorte de tasas por parte de la Fed en diciembre aumentó a cerca del 60%, y para enero se elevó hasta el 80%. La perspectiva de una política monetaria más laxa en EE.

UU. reduce el atractivo del dólar para los inversionistas, provocando su debilitamiento frente a otras monedas.

Varios análisis atribuyeron la apreciación del peso mexicano, en parte, a esta situación.

Además, el oro se vio favorecido, ya que un recorte de tasas disminuye el costo de oportunidad de mantener activos que no generan rendimiento.