La moneda nacional resintió la aversión al riesgo global y la incertidumbre generada por el fin del cierre del gobierno en Estados Unidos y las dudas sobre la política monetaria de la Fed. Tras haber alcanzado su mejor nivel en seis semanas durante la jornada del jueves, llegando a cotizar en 18.2550 unidades por dólar, el peso retrocedió para cerrar el día con una depreciación marginal de entre 0.13% y 0.16%. La cotización al cierre de los mercados internacionales se ubicó alrededor de los 18.31 pesos por dólar. Inicialmente, la moneda se vio favorecida por el fin del cierre gubernamental en EE.
UU., lo que impulsó a divisas de economías emergentes.
Sin embargo, el optimismo se revirtió a lo largo del día.
La depreciación se atribuye a varios factores: la incertidumbre sobre la publicación de datos económicos clave en EE. UU., que alimenta la especulación sobre los próximos pasos de la Reserva Federal, y los comentarios restrictivos de varios de sus oficiales, que redujeron las pérdidas del dólar a nivel global y presionaron a otras divisas. A pesar del retroceso, el peso mexicano ha mostrado resistencia en las últimas semanas, consolidándose como una de las monedas emergentes más fuertes, apoyado por la estabilidad política interna y las expectativas de que la Fed podría ser menos agresiva en el futuro.













