La incertidumbre generada por la situación económica y política en Estados Unidos fue el principal catalizador de este sentimiento negativo. La aversión al riesgo se disparó el jueves, según un reporte, tras el fin del cierre del gobierno estadounidense.

La falta de datos económicos fiables, los comentarios de la Casa Blanca sobre posibles lagunas permanentes en la información y las dudas sobre la capacidad de la Reserva Federal para justificar recortes de tasas a corto plazo, crearon un cóctel de nerviosismo. Este sentimiento se reflejó en fuertes pérdidas en los principales índices de Wall Street, que tuvieron su peor día en un mes, y en la Bolsa Mexicana de Valores, que ligó dos días de caídas.

El llamado "índice del miedo", el VIX de CBOE, subió un 14.3%. La ola vendedora no se limitó a las acciones; el mercado de criptomonedas también sufrió un duro golpe, con el bitcoin cayendo por debajo de los 100,000 dólares. Los analistas señalan que cuando las narrativas específicas de los criptoactivos se debilitan, su correlación con los activos tradicionales de riesgo, como las acciones tecnológicas, aumenta. Este entorno llevó a los inversionistas a buscar refugio y a deshacerse de sus posiciones más especulativas, afectando a una amplia gama de activos a nivel mundial.