La noticia reforzó una postura de cautela entre los inversionistas, quienes ya se encontraban nerviosos por otros factores.
Como consecuencia directa, los mercados asiáticos cerraron con pérdidas: el índice Nikkei de Tokio retrocedió un 0.10% y el de Shanghai un 0.46%.
Este sentimiento negativo se extendió a las bolsas europeas, que también operaron a la baja durante su sesión.
La contracción de la tercera economía más grande del mundo fue una señal de alerta sobre la fragilidad de la recuperación económica global. Para los inversionistas, este dato se sumó a la lista de preocupaciones que ya incluía la incertidumbre sobre la política monetaria de la Reserva Federal y las elevadas valoraciones del sector tecnológico, contribuyendo al clima general de aversión al riesgo que dominó la jornada.








