La jornada del martes fue particularmente negativa para los mercados asiáticos.

El índice de referencia de la Bolsa de Tokio, el Nikkei, se desplomó un contundente 3.22%, mientras que el Hang Seng de Hong Kong retrocedió un 1.72%.

En Europa, la tendencia no fue diferente; las bolsas presentaron movimientos negativos, con el Euro Stoxx 600 operando con una disminución del 1.5%. Estas caídas se produjeron en sintonía con las pérdidas registradas en Wall Street durante la sesión previa y los futuros que apuntaban a una apertura bajista el martes.

Los analistas atribuyen esta ola de ventas global a una combinación de factores.

Entre ellos destacan la preocupación por las elevadas valoraciones del sector tecnológico, la incertidumbre sobre la política de la Reserva Federal y tensiones geopolíticas, como el conflicto mencionado entre China y Japón. La caída del mercado de criptomonedas también formó parte de esta venta más amplia en los mercados globales. El S&P 500 y el DAX de Alemania han caído casi un 3% en noviembre, mientras que el Nikkei ha bajado un 7%, lo que ilustra la amplitud del retroceso.