Oracle fue una de las grandes tecnológicas que acudió al mercado de deuda, con una emisión de 18 mil millones de dólares en septiembre que generó una fuerte demanda inicial.
Sin embargo, el optimismo parece estar desvaneciéndose a medida que los inversionistas evalúan el alto costo y los riesgos asociados con las masivas inversiones en IA. La caída en el valor de sus títulos es un indicativo de que el mercado está cuestionando si los retornos futuros de la IA justificarán el enorme gasto de capital y el aumento de la deuda. La inquietud no se limita a las acciones; también se ha observado un aumento en la negociación de swaps de incumplimiento crediticio (CDS) vinculados a Oracle, lo que sugiere que algunos inversionistas están apostando a un deterioro de su salud financiera. Este caso particular evidencia el dilema que enfrenta el sector: la necesidad de invertir miles de millones para no quedarse atrás en la carrera de la IA choca con la creciente aversión al riesgo de un mercado que empieza a dudar de la sostenibilidad de este modelo de crecimiento acelerado.











