A pesar de sufrir quemaduras graves que finalmente le costaron la vida, su primera acción fue proteger a su pequeña nieta, Azulet.
Esta muestra de valentía ha inspirado una respuesta comunitaria y política significativa.
Por un lado, la presidenta del PAN en la Ciudad de México, Luisa Gutiérrez, y el diputado federal Federico Döring, propusieron formalmente al gobierno capitalino la creación de un memorial. La solicitud se fundamenta en la Ley de Víctimas y la Ley de Memoria de la CDMX, buscando un espacio que recuerde “estos testimonios imborrables de amor y también, desde luego, el dolor y sufrimiento de todos a quienes les arrebató la vida esta tragedia”. Paralelamente, la comunidad ha comenzado sus propios homenajes. Artistas plásticos iniciaron la creación de un mural debajo del puente donde ocurrió el accidente, plasmando la imagen de Alicia cargando a su nieta con la Virgen de Guadalupe a sus espaldas, junto a la frase “Santa Martha está de luto”. Estos actos reflejan un profundo deseo colectivo de no olvidar y de transformar el dolor en un recordatorio permanente del amor y la resiliencia humana.