La principal herramienta para la identificación han sido las huellas dactilares, cotejadas con la base de datos del INE.

Una vez que se logra un reconocimiento, se contacta a los familiares para que, mediante una cita en el Servicio Médico Forense (Semefo), puedan reclamar los restos y darles una sepultura digna. La FGE de Puebla se ha posicionado como pionera a nivel nacional con esta iniciativa, que no solo atiende un rezago forense, sino que también responde a una profunda necesidad social de las familias de personas desaparecidas.