Al fomentar el emprendimiento entre los adultos mayores, se promueve su autonomía, se valora su contribución a la economía local y se combate la idea de que la edad es una barrera para la productividad. Este tipo de programas son fundamentales para construir una sociedad más equitativa, donde todas las generaciones tengan la oportunidad de desarrollarse y aportar su conocimiento al mercado laboral, ya sea a través de un empleo formal o, como en este caso, mediante la creación de sus propias fuentes de ingreso.