Esta iniciativa busca conservar una imagen urbana limpia y segura mediante la intervención en muros, bardas, fachadas y mobiliario urbano afectados por pintas no autorizadas.

Las labores consisten en el lavado, limpieza y aplicación de pintura vinílica, abarcando tanto propiedades privadas como espacios públicos. El programa se destaca por su enfoque dual: además de eliminar el grafiti no autorizado, promueve activamente el arte urbano responsable. Para ello, se han habilitado muros específicos donde jóvenes y colectivos artísticos pueden expresar su talento de manera legal y constructiva, convirtiendo paredes grises en lienzos de arte público. Carlos España Martínez, titular de la Secretaría de Servicios Públicos, destacó que estas acciones van más allá de la estética, ya que “fomentan bienestar, seguridad y sentido de pertenencia” entre los habitantes. La estrategia integral del programa no solo mejora el entorno visual, sino que también fortalece la participación ciudadana y la apropiación positiva de los espacios comunes, demostrando el compromiso del gobierno municipal por construir un entorno más digno y armonioso para todos.