La respuesta a la catástrofe ha demostrado la capacidad de organización y empatía de la sociedad mexicana. Desde distintas partes del país, se han activado centros de acopio para recolectar toneladas de víveres, agua, medicamentos y artículos de primera necesidad. Instituciones como la Cruz Roja Mexicana han abierto puntos de recolección en Toluca, Naucalpan y Huixquilucan, mientras que la Secretaría de Marina (SEMAR) y el DIF han hecho lo propio en Tamaulipas y otros estados. La colaboración ha trascendido sectores; por ejemplo, el estadio Pirata Fuente en Veracruz se convirtió en un centro de acopio que logró enviar más de siete toneladas de ayuda. El Congreso del Estado de Veracruz también se movilizó, entregando personalmente más de 25 toneladas de víveres.

En este esfuerzo conjunto, el diputado Esteban Bautista Hernández subrayó la importancia de la unidad: “Aquí es importante no politizar una desgracia.

Mientras hay gente sufriendo, es inadmisible que haya quienes quieran sacar raja política”.

La ayuda no solo proviene de grandes instituciones; artistas de wewa de Tampico y restaurantes locales se han unido para recolectar donativos, demostrando que la solidaridad surge desde todos los rincones de la sociedad. Más de mil trabajadores de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) se sumaron como voluntarios a las labores de limpieza, reflejando un compromiso que va más allá de la donación material. Esta movilización nacional, que incluye desde ayuntamientos como el de Cuautla hasta la Cámara de Diputados en Puebla, no solo provee auxilio inmediato, sino que también envía un poderoso mensaje de unidad y esperanza a las miles de familias afectadas.