El docente se dirigía a pie para entregar víveres a familias que habían quedado incomunicadas por las intensas lluvias que azotan la región.

El incidente ocurrió cuando el maestro transitaba por un camino cubierto de lodo y piedras en la Sierra de Hidalgo. El terreno, reblandecido por las precipitaciones, cedió bajo sus pies, dejándolo semienterrado y con solo su cabeza y manos visibles sobre el fango.

Vecinos que se encontraban en la zona entregando ayuda escucharon sus gritos de auxilio y se organizaron rápidamente para el rescate.

Utilizando cuerdas y con gran esfuerzo debido a la inestabilidad del terreno, lograron liberarlo después de varios minutos.

Afortunadamente, el profesor no presentó heridas graves, aunque fue atendido por agotamiento y deshidratación.

Este suceso pone de manifiesto no solo la dedicación del maestro, quien arriesgó su vida para cumplir con su labor de apoyar a las comunidades más necesitadas, sino también la rápida y valiente respuesta de los habitantes locales, quienes demostraron una profunda unión y capacidad de acción en medio de la emergencia. La historia del rescate se ha convertido en un símbolo de la resiliencia y el espíritu de ayuda mutua que prevalece en la Sierra Hidalguense ante la adversidad.