Durante la intervención, los rescatistas localizaron a dos canes que permanecían atrapados dentro del inmueble.

Actuando con rapidez, lograron ponerlos a salvo antes de que sufrieran lesiones graves, en un gesto que fue reconocido por la comunidad. Afortunadamente, los dueños de la casa no se encontraban en el interior, ya que, según informó el propietario, “poco antes de la explosión, había salido con su familia a la tienda, lo que evitó que resultaran heridos”. Aunque el fuego fue sofocado, la planta baja, donde se ubicaban la sala, el comedor y la cocina, resultó prácticamente consumida, mientras que el segundo piso presentó daños por humo. Este rescate resalta el compromiso de los cuerpos de emergencia no solo con la vida humana, sino también con el bienestar de los animales de compañía, considerados parte de las familias.