Los cocineros locales ofrecieron con orgullo sus creaciones, desde el clásico pib de pollo con puerco hasta opciones como el de lomo con queso o versiones vegetarianas. Una de las cocineras expresó el profundo significado del platillo: “El pib es el corazón del Día de Muertos para nosotros”.

La feria no solo fue una experiencia gastronómica, sino también cultural.

Los visitantes, en particular los extranjeros, mostraron gran interés en el proceso de cocción bajo tierra, la técnica ancestral que le otorga al mucbipollo su sabor único. Además de la comida, el evento contó con presentaciones de jarana, trovadores y una exhibición de altares dedicados a los fieles difuntos, donde cada ofrenda contaba una historia y recordaba el sentido profundo del Hanal Pixán: celebrar la vida de quienes ya no están a través de los sabores que dejaron como herencia. El evento refrendó su papel como una de las celebraciones más entrañables del otoño yucateco.