Aplicaron los primeros auxilios, acomodaron a la mujer en una posición segura y, tras varios minutos de maniobras, recibieron al recién nacido.

La rápida intervención fue crucial para garantizar el bienestar tanto de la madre como del bebé. Una vez nacido el niño, lo entregaron a su madre mientras esperaban la llegada de los servicios médicos. Paramédicos de la Cruz Roja Mexicana arribaron al lugar poco después, brindaron las primeras atenciones al bebé y a la madre, y los trasladaron a un hospital para su valoración médica especializada. Este acto demuestra la capacitación y el lado humano de los cuerpos de seguridad, quienes actuaron más allá de su deber para proteger la vida en un momento crítico.