La colaboración entre vecinos, estudiantes y organizadores demuestra el poder de la tradición para fortalecer el tejido social. La creación de esta monumental ofrenda, que se extiende a lo largo de los 177 escalones del barrio, es el resultado de tres meses de trabajo colectivo. En este proyecto participaron más de 70 vecinos y 900 alumnos de la Universidad Carolina, quienes se unieron para armar flores de papel, preparar calaveras de papel maché y montar los portarretratos de difuntos enviados por la comunidad. La magnitud del altar, que requiere más de 1,500 veladoras y una vasta cantidad de flores de cempasúchil, lo ha convertido en una de las actividades más esperadas del Festival Ánimas del Desierto. El rector de la Universidad Carolina, Esteban Garza Fishburn, subrayó que el valor del proyecto trasciende lo estético, destacando la cohesión social que genera. “Lo más bonito es lo que sucede ahí, en las mesas, cuando las señoras y los vecinos arman las flores: se cuentan historias, se forman lazos de amistad y se fortalece el tejido social”, afirmó. El evento, que el año pasado atrajo a casi 80,000 visitantes, se ha convertido en “toda una institución, una tradición en Saltillo”, combinando arte, cultura y un profundo sentido de comunidad.

Además, la celebración se enriquece con presentaciones artísticas de talentos locales y universitarios, consolidando al altar como un vibrante centro cultural.