Acudió a un bar donde, según su testimonio, se quedó dormido.

Al despertar, descubrió que la mochila había desaparecido. La situación dio un giro inesperado el sábado por la mañana, cuando la Policía de Monterrey encontró la mochila abandonada en el cruce de la Avenida Pino Suárez y Reforma. Al día siguiente, Jorge se acercó a unos oficiales en la Avenida Madero para reportar el robo, expresando que su única preocupación era recuperar las cenizas de su madre.

Fue entonces cuando los policías le informaron que sus pertenencias habían sido encontradas y se encontraban bajo resguardo.

Finalmente, Jorge acudió a las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública municipal, donde, tras acreditar su identidad, le fue entregada la urna. Este suceso, más allá de la recuperación de un objeto, representa la devolución de un bien con un inmenso valor sentimental, mostrando la empatía y el compromiso de los agentes con la comunidad.