Expertos en derecho de guerra han calificado la medida como un “abuso” que traspasa una importante frontera jurídica. Brian Finucane, del International Crisis Group, afirmó que “Trump se está adueñando de una licencia para matar, basándose sólo en su propia opinión”.

Críticos como el senador demócrata Jack Reed acusaron a Trump de intentar librar “guerras secretas contra cualquiera a quien él considere un enemigo” sin ofrecer una justificación legal creíble. La administración argumenta que la venta de drogas como el fentanilo, que causa decenas de miles de muertes anuales en EE.UU., constituye un “ataque armado”, una interpretación legal ampliamente cuestionada por especialistas.