UU. hacia México, generando una fuerte reacción por parte del gobierno mexicano.

Durante una conferencia en la Casa Blanca, Trump reiteró su controvertida afirmación, aunque la matizó con un reconocimiento a la presidenta Claudia Sheinbaum, a quien calificó como "una mujer extraordinaria y valiente".

Sin embargo, el mandatario insistió en que el poder de los grupos criminales obliga a Estados Unidos a defenderse.

"Realmente respeto a la Presidenta", dijo Trump, "pero muchos líderes tienen miedo dentro de su propio país porque esos cárteles están gobernando".

Esta declaración se enmarca en una estrategia más amplia que incluye la designación de cárteles mexicanos como organizaciones terroristas y recientes ataques a presuntas "narcolanchas" en el Caribe y el Pacífico. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, reforzó esta línea al declarar que a los cárteles se les tratará como a Al Qaeda: "Los encontraremos, mapearemos sus redes, los perseguiremos y los eliminaremos".

Trump adelantó que no buscará necesariamente una declaración de guerra formal del Congreso para estas acciones, argumentando: "Creo que vamos a matar a quienes traen drogas a nuestro país". En respuesta, la presidenta Sheinbaum manifestó su desacuerdo con los ataques en aguas internacionales, afirmando que existen "leyes internacionales de cómo tiene que operarse" y que México ha expresado esta postura a Washington, defendiendo los principios de soberanía y no intervención.