La oposición criticó duramente la medida, argumentando que representa una hipoteca para el futuro del país. El senador del PAN, Ricardo Anaya, calificó la nueva deuda como “endemoniada”, afirmando que en solo siete años los gobiernos de Morena duplicarán la deuda acumulada en casi dos siglos, pasando de 10.55 billones de pesos en 2018 a más de 20 billones en 2026.
“De continuar por esta ruta van a quebrar al país”, sentenció.
Por su parte, la senadora priista Cristina Ruíz Sandoval señaló que “en ocho años, este Gobierno duplicará la deuda nacional”. En contraste, el oficialismo defendió la ley como un acto de responsabilidad. El senador de Morena, Cuauhtémoc Ochoa, aseguró que el gobierno hace un “manejo responsable, transparente y soberano de las finanzas”, y que la deuda se utiliza para complementar el presupuesto de manera sostenible y pagar la “herencia de su modelo neoliberal”.
La ley, que fue enviada al Ejecutivo para su promulgación, también incluye incrementos al Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS) para cigarros, bebidas azucaradas, videojuegos con contenido violento y apuestas.
Como consecuencia, el coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, anunció que se prevé una reasignación de hasta 18 mil millones de pesos, con recortes a los presupuestos del Poder Judicial, el INE y el TEPJF, para destinarlos a sectores como educación, campo y cultura.












